El término geriatría fue introducido en la literatura médica en 1909 por el pediatra
norteamericano de origen austríaco Ignatius Nascher (1863-1944). Quería así dar nombre a una rama
de la medicina que tratara las peculiaridades de los ancianos, tanto sanos como enfermos, al
considerar que esa etapa de la vida del hombre tiene unos caracteres propios que exigen una visión
médica específica.
Una definición clásica de geriatría sería la siguiente: «rama de la medicina que
estudia los aspectos clínicos, preventivos, terapéuticos y sociales del anciano en situación de
salud o de enfermedad.» También está considerada como un área del tronco general de la
gerontología
que recibe el nombre de Gerontología clínica.
La geriatría nace de la reacción a la desidia de la medicina convencional por
los ancianos enfermos. Se les veía incurables por su propia condición de viejos. Es esta situación
la que motivó la labor de la doctora Marjorie Warren en atender a ancianos que, tratándoles de una
forma adecuada en función de sus características, mejoraban notablemente. Así nació el primer
servicio de geriatría del mundo, que se ubicó en el West Middlesex Hospital de Londres en 1935.
En base a esta casuística, el Servicio Nacional de Salud británico creó, en 1946, la
especialidad de geriatría, que, con el tiempo, se convertiría en la referencia de la
asistencia geriátrica en todo el mundo.
La especialidad médica de geriatría trata al anciano enfermo desde la
problemática específica del mismo, que nace del hecho fundamental del
envejecimiento,
y su finalidad principal es la prevención y la superación de la pérdida de autonomía personal, a la
cual el anciano es particularmente susceptible. Podríamos indicar los siguientes fines particulares
de la especialidad:
- Creación y mantenimiento de un sistema asistencial que cubra las numerosas
necesidades médico-sociales de los ancianos que muestran una pérdida de su independencia personal o
social, tanto en un momento determinado como en situaciones en las que se presenta
cronicidad.
- Utilización de todos los recursos posibles para la integración del anciano en
la comunidad.
- Investigación, enseñanza y formación continuada del personal que atiende esta
especialidad, dado que es un área que requiere una actualización permanente.
La geriatría focaliza su punto de mira en los adultos mayores de 60 años que
presentan varias patologías simultáneas y que tienden a la cronicidad o a la invalidez, y cuya
evolución está muy condicionada por elementos físicos, psíquicos y sociales. Son estos enfermos, y
no los que gozan de un buen estado de salud, el principal objetivo de la especialidad.
La geriatría trata de prevenir la enfermedad, curarla cuando aparece, hacer todo
lo posible para que no se cronifique y conseguir que los casos que acaban en la dependencia sean
los mínimos e inevitables.
Por las características de sus pacientes, esta especialidad muestra una cierta
diferencia en el tratamiento de la enfermedad con el resto de las especialidades. En concreto, la
geriatría utilizaría una sistemática propia que incluiría los siguientes elementos: la valoración
geriátrica integral, el carácter interdisciplinar del equipo sanitario y una jerarquización de la
asistencia.
Por último, podemos indicar los que se consideran los principales síndromes
geriátricos (las «íes» de la geriatría): la inmovilidad, la integridad de la piel, la
inteligencia alterada, la introversión, la inestabilidad, la inanición, la incontinencia, la
iatrogenia, la impactación fecal, la inmunodeficiencia, la insuficiencia sensorial, la indigencia y
el infausto. |