La enfermedad de Alzheimer es una patología neurodegenerativa que produce deterioro
cognitivo y trastornos de la conducta. Es la forma más habitual de
demencia
y es incurable. Es progresiva, degenerativa del cerebro y se manifiesta con deterioro de la
memoria, de la inteligencia y del comportamiento. Aparece con mayor frecuencia en adultos mayores
de 60 años. Debe su nombre a su descubridor, el psiquiatra alemán Aloysius Alois Alzheimer
(1864-1915), que la dio a conocer por primera vez en 1906, aunque su descripción la había realizado
el también psiquiatra alemán Emil Kraepelin (1856-1926).
El individuo que sufre esta enfermedad muestra confusión mental, desorientación
espacio-temporal, trastornos de personalidad y de conducta, pensamiento desorganizado, problemas
para expresarse verbalmente y dificultades para cuidarse por sí mismo. Acaba siendo totalmente
invalidante y convierte al paciente en un ser vegetativo.
La enfermedad de Alzheimer obra en la bioquímica del cerebro dañando las células
nerviosas (neuronas). El deterioro de éstas hace que los neurotransmisores fallen, con lo cual la
comunicación entre las mismas se dificulta, lo que es el origen de los diversos trastornos que va a
padecer el enfermo. Las neuronas dañadas producen placas seniles y haces neurofibrilares, la
corteza cerebral (que es donde tiene lugar la actividad intelectual) se atrofia, se reduce de
tamaño y los espacios en el centro del cerebro aumentan, disminuyendo así la superficie del
mismo.
El Alzheimer lo pueden padecer personas de cualquier clase social, raza o sexo,
y por edades, aunque también pueda afectar a individuos de entre 40 y 60 años, la mayor incidencia
se produce en los adultos mayores.
Causas del Alzheimer
Aunque las causas del Alzheimer son un enigma, los investigadores en la
materia manejan diversas hipótesis: daño neurológico, insuficiencias bioquímicas, taras genéticas,
virus, toxicidad ambiental o fallos en el sistema de inmunodeficiencia.
Hay una mayor predisposición a sufrir de
Alzheimer
en hijos y hermanos de enfermos, aunque ello no supone que sea hereditaria.
Progresión de la enfermedad de Alzheimer
Los pacientes de Alzheimer pueden durar entre 2 y 20 años desde el
comienzo de los primeros síntomas (pérdida de memoria), pero con cuidados y atención médica pueden
sobrevivir muchos años más.
El desarrollo de la enfermedad de Alzheimer puede ser más rápido o más lento
según el entorno del paciente. Aceleran el estado del enfermo causas como el estrés familiar,
cambios bruscos en las actividades cotidianas o cambios de domicilio, incluyendo el ingreso en
residencias para mayores;
sin embargo, lo ralentizan un ambiente familiar afectivo, el ejercicio o seguir manteniendo en lo
posible relaciones sociales.
Tratamientos para el Alzheimer
En cuanto a los tratamientos para el Alzheimer que se utilizan para
demorar el avance inexorable de la enfermedad, que por ahora no han dado los frutos que se
esperaban, podemos dividirlos en dos tipos: farmacológicos y psicosociales.
- Tratamientos farmacológicos: Los fármacos anticolinesterásicos, que
actúan sobre la enzima que descompone la acetilcolina, que es el neurotransmisor que se destruye en
la enfermedad de Alzheimer. También se utilizan
ansiolíticos,
hipnóticos, neurolépticos y
antidepresivos
para los síntomas de los trastornos mentales que ocasiona la enfermedad.
- Terapia psicosocial: Son actividades de tipo psicológico y pedagógico
para estimular las funciones que aún se conservan o frenar de alguna manera las manifestaciones
patológicas.
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